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     ....estaba contemplando algo increíble...,

                                             .....por imposible.

     El gran cráter Tycho no estaba en el sur como la había dibujado decenas de veces, ahora, su enorme e inconfundible agujero estaba situado al Noreste y la familiar imagen del Mar de la Tranquilidad, se había trasladado al Suroeste.
     La cara visible de la Luna que siempre se ofrecía a la tierra había girado sobre sí misma casi 180 grados y se acercaba a la tierra con la mejor de las sonrisas que le había visto nunca.
     Poco después, los monjes que contemplaban maravillados el espectáculo, experimentaron la desorientación de todos sus sentidos, al comprobar,  presos de la confusión..........​

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